La productividad, más que un reto nacional
es un compromiso con el tejido empresarial

Hoy las cámaras de comercio en su rol gremial tenemos grandes retos; retos como el desarrollo y la competitividad empresarial, el incremento de la formalización y la competitividad del territorio. Estos son asuntos que a todos nos ocupan. Sin embargo, compartimos aspiraciones de progreso mayores a nuestra capacidad organizacional; todos tenemos recursos limitados para funcionar y lograr nuestras metas.

En consecuencia, la articulación se nos presenta como la gran batuta que nos permite orquestar los esfuerzos, las capacidades y las aspiraciones entre los actores de las instituciones públicas, del sector privado, de la academia y de la sociedad en general, para superar juntos los obstáculos y cobijar integralmente a la cadena empresarial en nuestras regiones; es la ventana a través de la cual podemos soñar, aspirar y proyectar iniciativas de largo aliento con altísimas inversiones económicas para transformar los territorios, garantizar su vocación productiva, salvaguardar el patrimonio y los recursos naturales e impulsar el desarrollo empresarial que tanto necesitamos.

La articulación es la forma de trabajo que nos permite a las cámaras de comercio incidir y generar valor a través de un mismo propósito, que es trabajar por mejorar la competitividad, la productividad y la innovación de las empresas. En la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño así lo entendemos; por eso, respaldamos todas las expresiones asociativas que tenemos en nuestro territorio y en los diferentes sectores productivos. Valoramos, promovemos y lideramos la articulación que hace posible tener espacios de construcción interinstitucionales e intersectoriales como lo son la Comisión Subregional de Competitividad y el Comité Universidad Empresa Estado.

Por eso, hoy aplaudimos la gestión y los resultados que hemos logrado con el programa Fábricas de Productividad, iniciativa del Gobierno Nacional que nos unió a todos para construir una gran red de aliados alrededor de un fin: el incremento de la productividad y que hoy goza de un amplio reconocimiento en otros países de América Latina. Gracias al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a Colombia Productiva, al Departamento Nacional de Planeación, al SENA, al Consejo Privado de Competitividad, a Confecámaras, a las alcaldías locales, a los empresarios y a las cámaras de comercio de Antioquia, podemos decir que las empresas del Oriente Antioqueño que participaron en este programa durante tres ciclos lograron un incremento de su productividad hasta del 32 % superando el mejor promedio alcanzado por todas las empresas participantes en antioquia (27 %). Actualmente, estás 43 empresas son un importante referente local en la aplicación de modelos productivos y en sus sectores, tales como manufactura, agroindustria, servicios y gastrobares; lo que además, promueve el fortalecimiento de los encadenamientos productivos en esta subregión.

También, celebramos la posibilidad de darle un nuevo impulso a este programa con el que esperamos impactar 12 empresas en el Oriente Antioqueño y a 400 en todo el departamento. Le apostaremos al cierre de brechas como las certificaciones de calidad, asunto que se muestra como una constante sin importar los sectores. A partir de este mes iniciamos este ciclo de Fábricas de Productividad con el compromiso de que al hacerlo, podremos detonar la transformación empresarial en el Oriente Antioqueño.

Nota:

Esta columna se pública a propósito de la intervención de Camila Escobar, Presidenta Ejecutiva de la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño, realizada durante el lanzamiento del cuarto ciclo del programa Fábricas de Productividad, evento realizado en la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia el miércoles 6 de abril de 2022.